CocinArtE

domingo, 21 de agosto de 2011

"Obligado el hombre a comer para vivir, la Naturaleza le convida por medio del apetito y le recompensa con deleites".(Brillat-Savarin).

Brillat-Savarin consideraba la gastronomía como una ciencia y en este sentido, la compara y relaciona con la física, la química, la medicina, así como también, aplica como métodos de su estudio la observación y el razonamiento para deducir sus leyes y principios generales. Para Brillat-Savarin el ser humano cuenta con seis sentidos, incluyendo además de los cinco ya conocidos, el sentido generador o genésico, que no es más que aquel que propicia la propagación de la especie mediante la atracción de los sexos. “Lo genésico de Brillat-Savarin es aquello que muestra la permanencia del animal en el hombre”. Y de estos seis sentidos que distingue Brillat-Savarin, resulta para él, el más importante el del gusto, ya que según Brillat-Savarin, es el gusto por los alimentos uno de los placeres que más disfrutamos y que en ausencia de los restantes, siempre nos consuela ya que “es entre todos los sentidos, el que más deleites proporciona”.
Esta sentencia la sustenta en los siguientes aforismos: Porque comiendo moderadamente, se recibe el único deleite del cual no resulte cansancio. Porque es placer propio de todos los tiempos, edades y condiciones. Porque se repite al menos una vez al día y puede renovarse sin inconveniente alguno, en este espacio de tiempo, dos o tres veces. “Porque puede promiscuarse con los demás y en ausencia de los otros nos consuela. Porque las impresiones que recibe son de mayor duración y más subordinadas a nuestra voluntad. En fin, porque comiendo experimentamos un bienestar único en su clase e indefinible, que proviene de la conciencia instintiva, que nos revela que por la acción de comer nos reponemos de las pérdidas sufridas y prolongamos nuestra existencia.”
Unos de los aspectos más interesantes de la “Fisiología del Gusto” es el relativo al tratamiento de la gastronomía como un estilo de vida que favorece sobre todas las cosas, la sociabilidad. Envuelve todos los aspectos relacionados con la alimentación y ya sea por satisfacer la necesidad básica de nutrición o ya por motivo de alguna celebración, lo cierto es que la buena mesa es la excusa perfecta para departir, conversar e incluso agradar al prójimo. Porque la razón principal nos dice Brillat-Savarin, de la realización de un banquete o una comida, es la de transmitir amor hacia el prójimo y del mismo modo ese amor es recíproco por quien degusta el manjar, cuando devuelve con elogios la atención recibida. Como regla general del buen convidado, el autor escribe: “Cada preparación, producto de inteligencia elevada, requiere elogios explícitos, y alabanzas delicadas son de rúbrica en cuantas partes existan deseos de agradar”.